Mayores

Etiquetado general y nutricional

Todos los productos envasados deben llevar etiquetas, que se regulan por normas de la Unión Europea. En ellas debe aparecer:

  • La denominación: qué es el producto.
  • Los ingredientes: deben aparecer en orden decreciente, es decir, el más abundante el primero y así sucesivamente.
  • La cantidad.
  • Fecha de consumo: Si el alimento tiene “fecha de caducidad” no se podrá tomar después de esa fecha, ya que podría causar problemas de salud; mientras que si lo que se especifica es la “fecha de consumo preferente”, quiere decir que su consumo no es perjudicial, pero las características organolépticas (textura, olor…) pueden estar alteradas.
  • Cómo se debe conservar y cómo se debe usar.
  • El número de lote.
  • Quién lo ha fabricado y dónde.
  • Grado alcohólico, si procede.

Todos los datos anteriores deben aparecer en todas las etiquetas, pero aparte pueden aparecer datos sobre la composición en nutrientes del producto.

Este etiquetado sobre propiedades nutritivas será obligatorio cuando en la etiqueta, presentación o publicidad, excluidas las campañas relativas a productos genéricos, se mencione que el producto posee propiedades nutritivas.

La información de la etiqueta se dará en dos grupos:

GRUPO 1:

  • Valor energético.
  • Cantidad de proteínas, hidratos de carbono y grasas.

GRUPO 2:

  • Valor energético.
  • Cantidad de proteínas, hidratos de carbono, azúcares, grasas, ácidos grasos saturados, fibra alimentaria y sodio.

Si se quiere incluir almidón, polialcoholes, colesterol, deberá incluir todo lo que indica el grupo 2. En cualquier caso, puede aparecer información sobre el contenido en vitaminas y minerales si la cantidad significativa se considera un 15% o más de la recomendada por 100 gr.

La información debe darse sobre 100 g de producto, por 100 ml o por ración.

Cuida tu alimentación

Es natural que la mayoría de las funciones corporales declinen progresivamente a lo largo de la vida adulta. Sin embargo, una buena nutrición y otros factores de estilo de vida, como mantener en lo posible la actividad física, pueden contribuir a preservar la pérdida de tejidos y funciones.

La frecuencia de enfermedades se incrementa con la edad, donde hay factores dietéticos claramente implicados en su etiología, y una intervención nutricional adecuada puede tener un papel beneficioso en su prevención y tratamiento.

Con frecuencia, las personas mayores comen menos debido a la falta de actividad, y las ingestas de nutrientes pueden resultar más bajas que las recomendadas.

Dietas inadecuadas y con bajo contenido en calorías pueden ser suficientes para la supervivencia, pero no para el desarrollo de una actividad física que mejore tu calidad de vida e influir en tu salud.

Una buena alimentación te va a ayudar a un envejecimiento más saludable.

Mi dieta

Recuerda consumir a diario: En nuestra dieta debemos tener en cuenta que hay que tomar diferentes tipos de alimentos de forma adecuada, variada y equilibrada. Nuestras necesidades son diferentes y debemos adaptarnos a ellas por eso, te aconsejamos esto:

  • 8 raciones (vasos) de agua, o equivalentes de líquidos (sopas, zumos..): es importante tomar líquidos, sobre todo cuando nos hacemos mayores. Y no por capricho, vamos teniendo menos reservas de agua, nos desaparece la sed… bebe aproximadamente cada dos horas.
  • 6 raciones o más del grupo de cereales y derivados: pan, cereales, arroz, pasta, etc., y patatas. Los cereales integrales son importantes porque nos aportan fibra para evitar el estreñimiento. Los platos de pasta y arroz, acompáñelos con salsa para que no sean tan secos. Las recetas que combinan arroz y pastas con pescados y carnes (troceados o picados) y vegetales, son una buena opción como plato único, ya que aportan gran variedad de nutrientes.
  • 2 raciones o más del grupo de verduras y hortalizas: una de ellas en forma de ensalada. Los vegetales cocinados serán preferentemente cocidos o en forma de purés, cremas o sopas. Los mejores purés son los que se consiguen de la mezcla de ambos tipos de alimentos.
  • 3 raciones o más del grupo de frutas: en forma de zumos, batidos naturales, macedonias, compotas, asadas o fruta fresca troceada. Deben lavarse bien y consumirse maduras y peladas.
  • 3 raciones o más del grupo de lácteos: leche, yogur, queso, etc. Preferentemente en sus versiones desnatadas o semidesnatadas (leche, yogures y quesos frescos), enriquecidos en vitaminas liposolubles. Los lácteos son imprescindibles para asegurar un aporte adecuado de calcio. Los yogures son, en general, mejor tolerados que la leche, y ayudan a superar la deficiencia en lactasa que puede aparecer con el proceso de envejecimiento.
  • 2 raciones del grupo de alimentos proteicos: carne, pollo, pescado, legumbres, huevos y/o frutos secos. Las carnes deben ser magras y consumirse unas 3 ó 4 veces por semana, moderando lo más posible las carnes rojas, mejor picadas como las albóndigas o como un guiso. Los pescados también se consumirán 3 ó 4 veces a la semana. Es un alimento muy bien aceptado por las personas mayores, ya que tiene una buena digestibilidad y es muy fácil de masticar.
  • En relación a las legumbres: se recomienda consumirlas 2 ó 3 veces por semana, preferentemente en forma de purés.
  • Huevos: no se debe superar las 3-4 unidades a la semana. La preparación culinaria más adecuada es en forma de tortilla.
Ejercicio físico

  • Hay que vencer la pereza, ya que está demostrado que el ejercicio físico es fundamental en el mantenimiento de la salud. Mejora nuestra calidad de vida.
  • Ahora tienes más tiempo, aprovéchalo.
  • Se gana en equilibrio, aumenta la movilidad y previene caídas y sus consecuentes fracturas.
  • Mejor acompañado que solo.
  • El paseo es un ejercicio estupendo, tomas el sol y ejercitas los músculos.
  • También el baile es un ejercicio fenomenal.
  • Debes hacerlo de manera constante, mantenido en el tiempo, no hay que intentar recuperar el tiempo perdido.
  • Es divertido y añadirás más vida a los años.

Convéncete, eres capaz de realizarlo.

Consejos útiles

Los hábitos alimentarios saludables suponen consumir dietas equilibradas, lo que se consigue con una amplia gama de alimentos. Sigue estos consejos:

  • Bebe preferentemente agua.
  • No abandones la actividad física moderada a diario.
  • Cuida tu dentadura, la masticación es fundamental para conseguir una dieta variada y placentera.
  • Aumenta el consumo de fibra.
  • Siempre que puedas, come en compañía, te sentará muy bien.
Etiquetado

Todos los productos envasados deben llevar etiquetas, que se regulan por normas de la Unión Europea. En las etiquetas debe aparecer:

  • La denominación: qué es el producto.
  • Los ingredientes: deben aparecer en orden decreciente, es decir, el más abundante el primero y así sucesivamente.
  • La cantidad.
  • La fecha de consumo: Si el alimento tiene “fecha de caducidad” no se podrá tomar después de esa fecha, ya que podría causar problemas de salud; mientras que si lo que se especifica es la “fecha de consumo preferente”, quiere decir que su consumo no es perjudicial pero que las características organolépticas (textura, olor..) pueden estar alteradas.
  • Cómo se debe conservar y cómo se debe usar.
  • El número de lote.
  • Quién lo ha fabricado y dónde.

Todos los datos anteriores deben aparecer en todas las etiquetas pero, aparte, pueden aparecer datos sobre la composición en nutrientes del producto. Se trata del etiquetado nutricional, que es obligatorio sólo si en algún lugar del envase se incluyen mensajes nutricionales, por ejemplo “producto rico en calcio”, si contiene más del 15% de la sustancia indicada.

La etiqueta nutricional puede ser de dos tipos:

  • En el más sencillo solo aparece información sobre las calorías e hidratos de carbono, proteínas y lípidos.
  • En el segundo tipo aparecen los azúcares, las ácidos grasos saturados, la fibra y el sodio. En cualquier caso, puede aparecer información sobre el contenido en vitaminas y minerales, si la cantidad significativa se considera un 15% de la recomendada por 100gr.
  • El etiquetado sobre propiedades nutritivas también podrá incluir la cantidad de una o varias de las siguientes sustancias:
  • Almidón.
  • Polialcoholes.
  • Monoinsaturados.
  • Poliinsaturados.
  • Colesterol.

La información debe darse sobre 100 g/ 100 ml/ o por ración.

Ejercita tu memoria

La memoria es un almacén de recuerdos de un funcionamiento en ocasiones desconcertante.

Tener una buena o mala memoria depende de muchos factores; entre otros, de la capacidad de concentración, el nivel de estrés, la dieta, la edad, la tendencia genética, la calidad del sueño, los hábitos tóxicos o la actividad intelectual.

El cerebro es un órgano que necesita actividad para ofrecer un rendimiento adecuado a sus posibilidades. Si no se ejercita, disminuye su capacidad para pensar y recordar.

Ahora que tienes más tiempo, es el momento de prestarle atención a tu memoria.

  • Ejercítala con actividades sencillas que además sean entretenidas, como los pasatiempos: haz crucigramas, sudokus, sopas de letras, juega a las cartas…
  • ¿Tienes nietos?. Ayúdales a hacer los deberes, enséñales los juegos de siempre como el parchís, la oca, las parejas… Sólo necesitarás un poquito de paciencia…
  • Puedes apuntarte a talleres de actividades en los que, además de mejorar la memoria y la atención, te diviertas, encuentres nuevas aficiones y, por qué no, incluso descubras en ti nuevas facetas desconocidas hasta ahora.
  • La lectura también es muy importante, ya que con ella, además, también mejoras la comprensión y el vocabulario. Incluso algo tan sencillo como leer el periódico todos los días te permite no sólo estar informado, sino también, sentirte partícipe de la comunidad en la que vives y comentar las noticias con los vecinos y amigos.

Debes saber que la asimilación y memorización de lo que hemos aprendido a lo largo del día se consolida durante el sueño, por eso, es necesario dormir las horas suficientes por la noche.

En tus manos está retrasar el proceso de pérdida de memoria